El número de personas asesinadas en la represión de las protestas a favor de la democracia en la capital sudanesa, Jartum, ha aumentado a 60, según un grupo de la oposición.
Según los informes, los miembros de un temido grupo paramilitar deambulan por las calles atacando a civiles.
La violencia comenzó cuando las fuerzas del Consejo Militar de Transición (TMC) abrieron fuego contra manifestantes desarmados el lunes.
Los militares se han enfrentado a la condena internacional por el ataque.
Muchos residentes de Jartum culpan a las Fuerzas de Apoyo Rápido (RSF) de la violencia. La unidad paramilitar, antes conocida como milicia Janjaweed, adquirió notoriedad en el conflicto de Darfur, en el Sudán occidental, en 2003.
Mientras tanto, un intento del Consejo de Seguridad de la ONU de condenar la violencia fue bloqueado el martes por China, apoyada por Rusia.
¿Qué está pasando en Sudán?
Desde el 6 de abril, días antes de que el presidente Omar al-Bashir fuera derrocado tras 30 años en el poder, los manifestantes ocupaban la plaza frente al cuartel general militar.
Sus representantes han estado negociando con la TMC y han acordado una transición de tres años que culminará en elecciones.
Pero el lunes, las fuerzas entraron para sacar a los manifestantes de la plaza.
El martes, el líder de la TMC, el general Abdel Fattah al-Burhan, anunció que las negociaciones con los manifestantes habían terminado, que se habían cancelado todos los acuerdos anteriores y que las elecciones se celebrarían en un plazo de nueve meses. Los manifestantes exigieron un período más largo para garantizar unas elecciones justas y para desmantelar la red política asociada con el anterior gobierno.
Sin embargo, el miércoles el Gen Burhan hizo otro discurso televisado en el que dijo que la TMC estaba dispuesta a reanudar las negociaciones.
«Lamentamos los acontecimientos», dijo, sin entrar en detalles.