Europa vota sobre el candidato del FMI mientras Gran Bretaña se opone al proceso

La Unión Europea redujo el campo de la búsqueda del puesto más alto en el Fondo Monetario Internacional a cuatro el viernes (2 de agosto), cuando el candidato portugués se retiró y Gran Bretaña se opuso a lo que se ha convertido en una lucha polémica por el bloque para evitar perder un puesto que tradicionalmente ha ocupado uno de los suyos.

Francia, que está organizando el proceso de selección, ha retrasado una votación hasta el viernes para permitir a Londres presentar un nuevo candidato a la luz del reciente cambio de gobierno. Pero Gran Bretaña dijo que no tenía suficiente tiempo, y que podía ignorar el proceso de París y aún así presentar a su propio candidato en una fecha posterior, según funcionarios familiarizados con el asunto.

Hasta ahora, los gobiernos de la UE no han conseguido apoyar a una sola persona para sustituir a Christine Lagarde en la cima del FMI, con sede en Washington, y la frustración se ha hecho palpable en todas las capitales. El fondo dejará de aceptar solicitudes el 6 de septiembre y está tratando de completar el proceso para el 4 de octubre.

Los ministros de finanzas comenzaron a votar el viernes por la mañana sobre los cuatro candidatos restantes: La ministra de Economía española, Nadia Calvino, el ex ministro de Finanzas holandés, Jeroen Dijsselbloem, la directora general del Banco Mundial, Kristalina Georgieva, y el gobernador del Banco de Finlandia, Olli Rehn. Puede haber varias rondas de votación, que se realizarán por mayoría cualificada, teniendo en cuenta la población de los países.

VIENTOS EN CONTRA
La primera vacante se produjo después de que Lagarde dimitiera este mes para liderar el Banco Central Europeo. El próximo líder del FMI se enfrentará a una economía mundial en su punto más débil desde el período posterior a la crisis financiera. La semana pasada, el fondo redujo aún más sus perspectivas de crecimiento mundial, que ya eran las más bajas desde 2009, a una expansión prevista del 3,2% este año.

Sin embargo, Europa se ha esforzado por apoyar a un solo candidato, con consideraciones geográficas y políticas que profundizan las divisiones entre los bandos que presionan a los diferentes esperanzados. La creciente frustración por el proceso de toma de decisiones -especialmente de los países cuyos nacionales están siendo considerados- ha pesado en las conversaciones.

También hay cuestiones prácticas. Si Georgieva recibe el visto bueno de la UE, el bloque tendría que pedir un cambio en los estatutos del FMI para permitirle asumir el cargo, ya que estará por encima del límite de edad en el momento en que comience el mandato. Algunos funcionarios han expresado su preocupación por el hecho de que esto podría sorprender a los miembros no europeos del fondo, que estarían deseosos de presentar a sus propios candidatos cualificados que cumplan esos criterios.

En virtud de un acuerdo de hace medio siglo, el jefe del FMI es un europeo, mientras que los Estados Unidos eligen al jefe del Banco Mundial. Esa tradición prevaleció cuando David Malpass fue elegido presidente del Banco Mundial en abril.

Pero los europeos no están seguros de que la administración del presidente estadounidense Donald Trump les devuelva el favor, y los mercados emergentes han estado argumentando durante años que el acuerdo actual no refleja un mundo que ha evolucionado desde entonces.