Satélite del Reino Unido de regreso a la Tierra

Un satélite británico en el espacio acaba de «zarpar» para volver a la Tierra.

TechDemoSat-1 se lanzó en 2014 para probar una serie de nuevas tecnologías en órbita, pero ya ha llegado al final de su vida útil.

Para sacarlo del cielo más rápido de lo normal, ha desplegado una «vela de arrastre».

Esta gran membrana capturará las moléculas de aire residual a su altitud de 635 km y arrastrará el TDS-1 rápidamente a la atmósfera de la Tierra, donde se quemará.

Actualmente hay mucho interés en las tecnologías de «espacio limpio».

Las autopistas orbitales sobre el planeta están llamadas a congestionarse con miles de naves espaciales en los próximos años, y es necesario hacer serios esfuerzos para arreglar el hardware redundante y otros trastos espaciales si se quiere evitar las colisiones.

TechDemoSat fue construido por SSTL de Guildford, y su vela de arrastre Kapton de 6,7 metros cuadrados, llamada Icarus-1, fue desarrollada por la Universidad de Cranfield.

«Es fantástico ver una imagen de la vela de arrastre desplegada de TechDemoSat capturada por la cámara de inspección a bordo», dijo la directora general de SSTL, Sarah Parker.

«Esta imagen en órbita de una vela de arrastre desplegada en uno de nuestros satélites es una primicia para nosotros y es la culminación perfecta de las operaciones de la misión de este pequeño satélite altamente innovador».

El diseño de Icarus ya está empezando a aparecer en otros satélites.

TechDemoSat fue financiado parcialmente por Innovate UK y fue operado conjuntamente por SSTL y por Satellite Applications Catapult en Harwell.

Tenía ocho cargas útiles, incluyendo una que fue desarrollada por estudiantes para medir partículas de alta energía en el espacio.

Artwork of TDS

Uno de los grandes éxitos de TechDemoSat, sin embargo, fue su experimento Sea State.

Para ello se utilizó un receptor GPS, más bien como un radar, para monitorear cómo las señales del Sistema de Posicionamiento Global se reflejaban en la superficie del océano.

Esto dio a los científicos una poderosa herramienta para evaluar la rugosidad de la superficie del mar y, a partir de ahí, medir la fuerza de los vientos.

Las lecciones aprendidas con este experimento de reflectometría en el TDS-1 fueron incorporadas a los instrumentos que luego fueron volados en la misión CYGNSS (Cyclone Global Navigation Satellite System) de la agencia espacial estadounidense.

CYGNSS se instaló específicamente para observar a través de los huracanes para ayudar a pronosticar la fuerza de los vientos cuando las tormentas llegan a tierra.

La agencia Innovate UK, junto con la Harwell Catapult, ha continuado con el concepto de satélites de demostración en órbita (IOD).

Acaban de apoyar el lanzamiento de una pequeña nave espacial que probará un radiómetro compacto de microondas.

La empresa estadounidense Orbital Micro Systems espera utilizar una red de estos instrumentos para realizar actualizaciones rápidas de los pronósticos meteorológicos.