Polinesia francesa

Descubrir el exotismo paradisíaco de la Polinesia francesa

El Océano Pacífico baña las arenas de las maravillosas playas de las islas que conforman la Polinesia Francesa, que ocupa una extensión similar a la que ocupa la llamada Europa continental.

Su increíble historia, el exotismo sensual de su cultura, las playas y paisajes, a los que se añade la amabilidad de sus habitantes, la altísima calidad de sus establecimientos hoteleros y una gastronomía sin igual, la convierten en un imán para los viajeros hedonistas que buscan destinos únicos que se salgan de lo convencional.

Los grupos de islas que la conforman están conectadas por una eficiente red de vuelos que la hacen accesible en todas las estaciones del año.

Un viaje de ensueño diseñado a la medida

Para no improvisar y recibir el servicio de alta calidad que merece todo viajero que desea alejarse del mundanal ruido y liberar el estrés de la ciudad, una opción perfecta es un viaje Polinesia Francesa con todo el asesoramiento que se necesita para que el itinerario resulte perfecto en cada detalle.

La ventaja de tener todo en una sola web

A pocos clics se puede tener toda la planificación del viaje diseñado a la medida, revisando y seleccionando todos los aspectos que intervienen en el itinerario como:

  • Destinos.
  • Transportes.
  • Alojamiento.
  • Entradas.
  • Traslados.
  • Seguros.

Las recomendaciones en un buscador

Un buscador en el que se recomiendan opciones como el Plan Joyas de la Polinesia o escenarios de ficción, es ideal para que el turista planifique su viaje. Todo con el mejor diseño e interactividad para que el viajero pueda escoger el itinerario que mejor satisfaga sus expectativas.

Hay alternativas en cuanto a la duración y las próximas salidas pautadas, para que el turista planifique con antelación sus vacaciones de ensueño.

Visitar la Polinesia Francesa es algo que todo turista que guste de conocer el mundo debe hacer al menos una vez en su vida. 

Lugares que se deben visitar

La geografía de las islas se caracteriza por convertirse en lugares paradisíacos que componen grupos de pequeñas islas:

Bora Bora

Ofrece la posibilidad de disfrutar de sitios ancestrales conocidos como Maraes, perfectos para empaparse de la historia y la cultura de la isla. Uno de los mejores lugares del mundo para bucear se encuentra aquí, con la maravillosa posibilidad de nadar con tortugas, mantarrayas y hasta con tiburones.

Islas Tuamotu

Están conformadas por 77 atolones, en los cuales descubrió el pintor Matisse su maravillosa gama de azules. Son consideradas uno de los tesoros del Pacífico.

Islas Marquesas

Son 12 islas vírgenes, de las cuales seis están habitadas. Inmortalizadas por Robert Louis Stevenson, Gauguin o Jacques Brel, que las escogieron como su última morada. Algunas de las carreteras sólo son accesibles en vehículos 4×4, a caballo o a pie, y son perfectas para los arqueólogos y estudiantes que se sorprenden con los restos arqueológicos de la cultura polinesia que allí se encuentran.

Moorea

Las parejas románticas la seleccionan para celebrar la boda Tiki, una ceremonia típica que sorprende, ya que sólo es posible realizarla en sus playas. Danzas tradicionales en su pintoresca aldea y una cabaña que flota, donde los turistas alucinan con las almejas que cultivan, que contienen perlas negras en su interior.

Tetiaroa

El actor Marlon Brando la popularizó cuando filmó en sus espacios “Rebelión a bordo “y luego decidió comprarla. Actualmente cuenta con un resort que combina el más sofisticado lujo con el ambiente que proporciona su ámbito paradisíaco.

Tahití

Papeete, cuyo nombre en idioma nativo significa “agua de la cesta”, es el nicho perfecto para jóvenes que buscan diversión al más alto nivel de sofisticación. En el faro de Punta de Venus puede apreciarse un fenómeno que sucede cada 243 años, cuando el planeta Venus pasa frente al sol.

En las antípodas

La Polinesia francesa es un destino turístico de ensueño, literalmente al otro lado del planeta, cuya única desventaja, tal vez serán las 12 horas de diferencia para el turista europeo, que deberá comunicarse con su familia y amigos en horarios poco habituales. No es sólo viajar lejos del vértigo urbano, del estrés del trabajo y la agenda cotidiana, es descubrir un nuevo mundo.